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Por César Andrés Mena Torres

Es importante contextualizar al espectador respecto a un evento que acontece anualmente en el país, el cual tiene importancia en El calor después de la lluvia. La Romería es una peregrinación que se da en Costa Rica, en donde los creyentes de la fe católica y la Virgen María, conocida como la “negrita”, emigran desde distintos puntos del país, caminan hasta la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en la ciudad de Cartago, en donde se encuentra la imagen que los mueve.

Con este evento de fondo, El calor después de la lluvia, de Cristóbal Serrá Jorquera, busca dilucidar la situación interna de la protagonista referente al amor, a través de tres actos claramente diferenciados. El primero, a modo de introducción, estudia rápidamente los motivos del rompimiento de la pareja. El segundo ocurre precisamente durante la Romería mencionada.  Y el último, como cierre, se da en la casa de los padres en el campo, lugar donde la protagonista se crío antes de emigrar a la capital.

Juana (Milena Picado) tiene alrededor de treinta años, decide participar de la Romería,  e inicia un viaje donde intentará realizar una revisión introspectiva de su vida.  No se enfoca tanto en la fe y en Dios, sino en ella misma empujándose como una forma de purificación. Mientras realiza esta actividad se encuentra con Gustavo (Luis Carlos Bogantes), su ex pareja, quien insiste en hablar con ella y disculparse. Este es un reencuentro con el pasado, con el que se intenta dejar de lado y borrar, con los mismos errores y pecados que hicieron que la relación cayera. Lo que es un anhelo de parte del hombre, para ella es un estorbo de algo que no desea recuperar, sin embargo, tampoco es un capítulo completamente cerrado, sabe lo que quiere, pero aún así no logra estar satisfecha con su vida.

Este primer largometraje de ficción de este realizador costarricense de origen chileno, una obra donde funge como guionista junto a Felipe Zúñiga, adolece de una construcción concisa y efectiva de los personajes y sus deseos, no hay una exploración, especialmente de los secundarios, siendo el ejemplo más claro de esto la aparición del ex novio, a quien apenas le trazan algunos rasgos; y es por esto que los sentimientos de los personajes no se trasladan cómodamente al espectador.

Por su parte, la edición realizada por el propio director, junto a Kimberly Elizondo y Federico Lang, se muestra un tanto desordenada y muy cortada, cuestión que se empata con las sensaciones de caos a lo interno de la protagonista; lo que resta fluidez y naturalidad al relato. La resolución de la obra se antoja precipitada, y un tanto trillada con la aparición de un personaje cómico (una constante en el cine nacional), y desfallece ante un cierre complaciente.

Esta película fue presentada fuera de competencia durante el reciente Costa Rica Festival Internacional de Cine, en una única función con una sala completamente llena, como sucede siempre durante las proyecciones de films costarricenses durante este evento. Más allá de esta particularidad, queda la curiosidad del por qué no se presentó como parte de la Competencia centroamericana de largometraje.

El calor después de la lluvia
Dirección: Cristóbal Serrá Jorquera
Guión: Cristóbal Serrá Jorquera & Felipe Zúñiga
Producción Ejecutiva: Federico Lang & Alejandra Vargas Carballo
Producción de Campo: Ana Lucía Arias
Coordinación de Producción: Gabriela Hernández
Dirección de Fotografía: Nicolás Wong Díaz
Asistente de Cámara: Manuel Mairena
Sonido Directo: Sergio Gutiérrez
Dirección de Arte: Mariano Marín
Gaffer: Julio Marcelo Rojas
Reparto: Milena Picado Rossi, Luis Carlos Bogantes, Arturo Pardo, Ana Ulate, Rodrigo Durán, Caterina Ariza, Sofía Lacayo, Eddie Muñoz
Costa Rica, 64 min, 2016

desistfilm

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